evidencias

 

¿Por qué nuestro foco está puesto en el adulto cuidador?

La evidencia científica indica que una crianza segura y afectiva de los hijos es un factor crucial para un desarrollo saludable (Stack et al., 2010). Mientras los niños y niñas enfrentan los desafíos diarios o viven experiencias traumáticas, la presencia de adultos capaces de sostener vínculos afectuosos y de apoyo resulta en un factor protector de los efectos perjudiciales del estrés; sin embargo, en presencia de experiencias adversas prolongadas, sin el apoyo de estos adultos, el estrés puede volverse tóxico para el desarrollo en general y la arquitectura del cerebro en desarrollo (NSC, 2011).

En ese sentido, “la familia y el adulto referente (cuidador principal) es crítico durante la primera infancia… deben ser foco de políticas, programas e intervenciones específicas para contribuir al desarrollo de niños y niñas” (Unicef, 2016).

En particular, las intervenciones centradas en la parentalidad (“Parenting Programs”) han sido catalogadas dentro de las más eficaces para promover bienestar y prevenir dificultades durante la infancia (Al-Hassan, 2009; UNODC, 2009; Piquero, Jennings, Diamond, et al, 2016a).

Valeska Navarrete

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Los niños llegan a la casa más relajados y contentos

Vinimos a este espacio para relacionarnos de una manera distinta con nuestros hijos. Considero que el juego les ha servido mucho porque se han podido relacionar con otros. Además les ha ayudado a descubrir nuevas maneras de divertirse, como los títeres, que no los conocían. Me pone feliz porque los veo investigando otras formas, distintas a las que conocen. En mi casa sólo tenemos peluches para que ellos jueguen, entonces descubrir nuevas posibilidades es algo que nos pone muy contentos como familia. Recuerdo que hasta hace poco ellos estaban encerrados. Con la pandemia hubo un retroceso en la interacción de los niños y este tipo de instancias les ha servido para que vuelvan a jugar con sus pares. Las dos veces que hemos venido a estas jornadas de la Fundación Encuentro los niños llegan a la casa más relajados y contentos. Y ellos esperan que el sábado se realice esta actividad para venir a jugar.
Recuerdo que a mi me criaron distinto. Mi mamá trabajaba todo el día y yo estaba sola. Por eso he querido integrarme a esta dinámica y jugar con ellos.
Me he dado cuenta que jugando les pongo más atención y también hemos aprendido a jugar juntos. Así, también voy aprendiendo a conocer más sus emociones y a tener estrategias para relacionarnos de forma positiva
Estoy muy agradecida y orgullosa de este colegio. Sé que en otros lugares no se da este tipo de instancias. Ellos, junto a la Fundación, se preocupan de toda la comunidad educativa. Al estar acá, siento que los niños están por encima de todo. Y en todos los detalles se ve la preocupación por la familia y eso es lo que queda para nosotros.

José Prado

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Con el juego uno puede interpretar otros roles y darle vida a otras cosas

 Vinimos a compartir una jornada distinta con mi hija y eso lo agradecemos muchísimo. Unir a la familia, con el juego como protagonista, es un lindo momento. Yo me he dado cuenta que muchas veces los niños se avergüenzan de los papás, más si se trata de jugar. Pero con estas instancias se produce una confianza distinta que va en la dirección contraria. Los niños y las niñas se sienten seguros. Nosotros en casa siempre jugamos, pero nunca lo habíamos hecho en su colegio.

Esto nos une mucho más como familia. Por ejemplo, hoy jugamos a cocinar con juguetes. Hicimos una cazuela y unos completos que nos quedaron riquísimos. Con el juego uno puede interpretar otros roles y darle vida a otras cosas.
Con la jornada de hoy me he doy cuenta que crece la personalidad de mi hija porque se siente segura con su familia.

Marcela Araya

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Me enseñaron un caminito para ir mejorando en base al cariño y a la comprensión

La profesora de la escuela de mi hijo, Cristóbal, me recomendó tomar contacto con la Fundación Encuentro ya que él tenía algunos problemas de conducta. Trabajando con el equipo de psicólogas y con el avance en las sesiones me di cuenta que tenía buenas herramientas para ayudar a Cristóbal. Me enseñaron un caminito para ir mejorando en base al cariño y a la comprensión.

Uno cambia su forma de educar y de ver la crianza.

Si bien a nadie le enseñan a ser mamá, uno puede mejorar; uno ve a los niños más felices y ellos notan que uno siempre estará ahí para ellos.

Wendy Laidlow

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He aprendido que cada uno de mis hijos necesita un tiempo distinto

En un momento sentí que necesitaba apoyo en algunos aspectos de la crianza, ya que soy mamá de cuatro niños. Pensé que lo podía hacer todo sola, pero me di cuenta que estaba colapsada. Y con ese motivo, me acerqué a la Fundación Encuentro. Yo llegué buscando ayuda. Recuerdo que llamé por teléfono, me hicieron un par de preguntas y así de fácil comenzó todo. Gracias a los acompañamientos ellas me hicieron pensar en lo que estaba haciendo. Con el tiempo me he dado cuenta que no necesariamente debo ser la súper mamá, tampoco debo controlarlo todo.

Ahora, noto los cambios, porque yo me dedico a jugar con mis hijos y disfruto lo que vivo. Me tomo el tiempo que sea necesario con ellos: salimos al parque y a andar en bicicleta.

He aprendido que cada uno de mis hijos necesita un tiempo distinto. Darme cuenta de todo esto, ha sido un cambio grande para mi vida y la de mi familia”